Ruta de las Flores

La Ruta de las Flores es un pintoresco recorrido de aproximadamente 36 kilómetros que serpentea por la cordillera Apaneca-Ilamatepec, en el occidente de El Salvador. Este trayecto conecta varios pueblos coloridos y tradicionales, cada uno con su propia historia, cultura y belleza natural. 

Los pueblos que conforman esta ruta incluyen:

Nahuizalco: Conocido por su mercado nocturno y herencia indígena.

Salcoatitán: Famoso por su tradición y arte en mosaicos.

Juayúa: Destacado por su gastronomía y naturaleza.

Apaneca: Ideal para la aventura en las alturas.

Concepción de Ataco: Reconocido por sus murales y farolitos.

Ahuachapán: Donde el café y la historia se encuentran. 

La ruta es especialmente famosa por los campos de flores que la adornan, ofreciendo un espectáculo natural que da nombre al recorrido. Además, los visitantes pueden disfrutar de actividades como senderismo, visitas a cascadas y degustación de café local. ​

En resumen, la Ruta de las Flores ofrece una experiencia única que combina naturaleza, cultura y tradición, haciendo de cada visita una aventura inolvidable.

Termales de Santa Teresa – Ahuachapán

Ubicados a pocos minutos del centro de Ahuachapán, los Termales de Santa Teresa son un verdadero paraíso termal, famoso por sus aguas volcánicas, su entorno natural y su excelente infraestructura turística. Este complejo es uno de los más grandes y completos de El Salvador en cuanto a turismo de bienestar se refiere.

El lugar ofrece más de 30 piscinas de diferentes temperaturas, desde tibias hasta muy calientes, alimentadas naturalmente por fuentes termales que emergen del subsuelo volcánico. Estas aguas son ricas en minerales como azufre, hierro y calcio, lo que las convierte en una excelente opción para quienes buscan tratamientos terapéuticos, relajación o alivio de dolores musculares y articulares.

Además de las piscinas, el centro cuenta con senderos ecológicos, zonas para picnic, áreas verdes, restaurante, hospedaje tipo hotel y cabañas, y servicios de spa. También se puede hacer un recorrido por el géiser natural, una de las atracciones más impresionantes del lugar, donde se puede observar cómo el agua caliente brota con fuerza desde la tierra.

El ambiente es familiar y seguro, ideal para un paseo de fin de semana o unas pequeñas vacaciones. La limpieza y el mantenimiento de las instalaciones son destacables, y el personal es amable y atento. La entrada tiene un costo accesible, y hay paquetes especiales si se desea combinar hospedaje, alimentación y acceso a todas las áreas termales.

En resumen, los Termales de Santa Teresa son un destino ideal para descansar, reconectar con la naturaleza y disfrutar de los beneficios terapéuticos del agua termal. Perfecto para familias, parejas o grupos de amigos que buscan una escapada diferente en el occidente salvadoreño.

Salto de Malacatiupán

 

Ubicado en el municipio de Atiquizaya, en el departamento de Ahuachapán, El Salvador, el Salto de Malacatiupán es uno de los destinos naturales más impresionantes y singulares del país. Este lugar combina la belleza de una cascada con el encanto relajante de aguas termales naturales, ofreciendo a los visitantes una experiencia única en contacto directo con la naturaleza.

Lo que hace especial a este sitio es su cascada de agua termal, una rareza geológica que permite a los visitantes disfrutar de un baño caliente al aire libre, rodeados de un entorno verde, rocoso y pintoresco. Las aguas provienen de fuentes volcánicas subterráneas, lo cual les da una temperatura cálida y relajante, ideal para descansar el cuerpo y liberar el estrés.

El salto tiene una caída de aproximadamente 12 metros, lo que también lo hace atractivo para quienes buscan un poco de aventura, como lanzarse desde lo alto (siempre con precaución). El lugar cuenta con pozas naturales en la parte baja, donde el agua se mantiene tibia y agradable durante todo el año.

Es recomendable visitarlo en días de semana o temprano en la mañana para disfrutar de más tranquilidad, ya que los fines de semana suele ser muy concurrido. Aunque el acceso no es difícil, se sugiere llevar calzado adecuado, protector solar y agua potable. El costo de entrada es accesible, y hay guías locales que pueden enriquecer la experiencia con explicaciones sobre el origen del lugar y su historia.

En resumen, el Salto de Malacatiupán es una joya escondida perfecta para quienes aman la naturaleza, buscan relajarse en aguas termales o desean vivir una experiencia distinta en un entorno salvadoreño lleno de vida y calidez natural.